Telasco Segovia había soñado que marcaba un gol en la noche previa al partido y el sueño se hizo realidad sobre la cancha: el joven futbolista de 21 años apenas tenía 50 segundos en el campo cuando mandó la pelota al fondo de la red. La Vinotinto, con su anotación, empató 1-1 el jueves con el pentacampeón mundial Brasil en la undécima jornada de las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial.
Venezuela se niega a rendirse y, ahora, pone la mira en la crucial visita del martes a Chile.
“Agradecido con Dios por este momento”, comentó Segovia, con una sonrisa, en declaraciones para el circuito FM Center. “¡Es una locura! Estoy muy feliz. Yo les decía a los muchachos: yo soñé con hacer un gol hoy”.
“La realidad fue mejor que el sueño”, remató.
El gol del volante del Casa Pia de Portugal en el minuto 46, entrando como suplente tras el mediotiempo, niveló el marcador para disparar la alegría de más de 50.000 espectadores en el Estadio Monumental de Maturín, donde la Vinotinto sigue invicta en lo que va de la clasificatoria. La asistencia fue de Jefferson Savarino.
Raphinha había puesto en ventaja a la selección brasileña con un tiro libre directo en el 43.
Rafael Romo tuvo protagonismo junto a Segovia. El portero bloqueó en el 62 un penalti provocado y cobrado por Vinicius, quien reaparecía con los pentacampeones del mundo después de perderse la doble fecha anterior por una lesión.
Venezuela acabó con diez hombres por la expulsión de Alexander González, que recibió tarjeta roja en el 89 por un manotazo que le lanzó a Vinicius en un choque con el astro del Real Madrid tras una entrada a Gabriel Martinelli.
“Siempre te queda ese sabor agridulce de que se podía hacer algo más, pero como se presentó el partido también lo podríamos haber perdido, así que es un empate muy valioso”, analizó Leandro Cufré, asistente técnico de Fernando ‘Bocha’ Batista, quien esta vez debió seguir las acciones desde el palco por cumplir una fecha de suspensión por tarjetas amarillas.
Jon Aramburu, nuevo embajador de Bancamiga, fue titular como lateral derecho y jugó el partido completo.
“Gran actitud”
Cufré movió piezas en el descanso, en busca de una reacción. Su mayor apuesta, Segovia, se convertiría en el hombre de la noche.
“Necesitábamos tener un poquito más la pelota. En el primer tiempo no estábamos mal, pero tuvimos tres mano a mano y no los concretamos. En el segundo tiempo, estando abajo, teníamos que hacer movimientos”, repasó Cufré. “Telasco entró muy bien, como el resto, con una gran actitud”.
Aunque Brasil tuvo sus ocasiones en la primera mitad, como un tiro de Vinicius al poste luego de una combinación con Savinho, Venezuela gozó de buenas oportunidades de gol al aprovechar errores de su adversario en la salida.
Jhon Murillo -novedad en la alineación vinotinto para ayudar a Aramburu en la zona por donde se mueve Vinicius- contó con uno de esos chances, pero el guardameta brasileño Ederson tapó. Rondón también tuvo dos buenos balones, sin la precisión de costumbre, esa que le tiene como máximo anotador histórico de la selección nacional con 45 dianas.
El tiro libre de Raphinpha parecía complicar las cosas.
No obstante, en la segunda parte, la reacción por intermedio del recién ingresado Segovia fue inmediata. Se juntó con Savarino y, al fin, los criollos capitalizaron.
Era tiempo de riesgos y Venezuela los tomó. ¿El problema? Vinicius empezó a aparecer y causó el penal, cometido por Romo, al salir a interceptar al jugador del Madrid.
El propio Vini cobró y Romo bloqueó. Tuvo el rebote y falló.
Con un buen Savarino, Venezuela plantaba cara.
Ya cuando se acababa el tiempo reglamentario, González fue expulsado.
Venezuela llega a 12 puntos, quedando igualada con Bolivia en la séptima posición, que da acceso al repechaje. Argentina está al frente de la tabla con 22 unidades y le siguen Colombia, con 19; Brasil, con 17; y Uruguay, Ecuador y Paraguay, con 16 cada uno.
Chile aguarda. La Vinotinto recuperará a Yeferson Soteldo y tendrá que monitorear los casos de Yangel Herrera y José ‘El Brujo’ Martínez, que abandonaron la cancha por lesiones.
“Ojalá no sea nada grave”, deseó Cufré.