Los hermanos Mario y Alberto Osorio, dos apasionados de la escalada y del trabajo vertical, fueron los responsables del minuciosa y exigente actividad realizada en la sede de Altamira.
Nueve días de ardua labor requirió la colocación del emblema de Bancamiga, que fue develado en su totalidad la tarde de este jueves en su Sede Gerencial de la avenida Francisco de Miranda, en Altamira.
Dos apasionados del montañismo, la escalada, la fotografía y el trabajo vertical fueron los responsables de la ejecución de este minuciosa y exigente actividad a decenas de metros de altura. Después del detallado proceso de planificación, los hermanos Mario y Alberto Osorio fueron montando cada uno de los 18 paños de más de 20 metros de ancho, que fueron perfectamente diseñados.
Varios pasos siguieron para alcanzar la perfección. Primero la inspección de la infraestructura para determinar dónde se fijarían los seguros, la limpieza exhaustiva de la fachada para garantizar la adherencia y la colocación centímetro a centímetro de cada pieza.
La ejecución, cargada de tensión y esfuerzo físico, convertía diariamente a los dos jóvenes en equilibristas que debían movilizarse en forma eficiente en el aire, mientras iban desplegando en orden el logo y cada una de las letras de Bancamiga.
“Todo transcurrió con normalidad, pero nos costó acostumbrarnos a pegar una calcomanía tan grande. Fueron 18 paños de unos 25 metros de ancho aproximadamente. Solo el logo eran cuatro paños de 4 x 4 metros”, dijo Mario, quien ha escalado distintos macizos en Venezuela y el exterior, entro otros el Auyantepui en la Gran Sabana.
“Los morochos” comenzaron en 1998 con los trabajos en altura de la mano del también montañista Carlos Castillo y hoy agradecen la oportunidad que han tenido en tiempos recientes de ser parte de las iniciativas de nuestra institución.
