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Antonio Cruz Vaamonde, el venezolano que llevó la cachapa hasta MasterChef Australia

Antonio Cruz Vaamonde, el venezolano que llevó la cachapa hasta MasterChef Australia

De cocinar junto a su madre y abuela en Caracas, a ser uno de los 10 semifinalistas de MasterChef Australia. Así ha cambiado la vida de Antonio, el venezolano que logró llevar los sabores más autóctonos de la gastronomía nacional a las pantallas de la televisión australiana.

Cada persona tiene su propio lenguaje del amor. El de Antonio Cruz Vaamonde es cocinar para quienes son importantes para él. Actos de servicio, diría Gary Chapman en uno de sus libros, y es que, en sus ojos, gestos y acciones, este sentimiento es el que resplandece cuando habla de gastronomía, la pasión que lo llevó hasta el top 10 de MasterChef Australia.

MasterChef es uno de los reality shows más vistos del mundo. La franquicia ha viajado por muchos países y varios venezolanos han participado en diferentes naciones. El más reciente, Antonio, es un joven caraqueño con una pasión innata por la cocina, que no tuvo miedo, se la jugó y ganó. 

Lo que empezó como una promesa hecha a su abuelita, acompañada de un “vamos a ver qué pasa”, terminó con una destacada participación en MasterChef Australia, un país que está a 16.991 kilómetros y un océano de Venezuela, distancia que no fue limitante para que los chefs más imponentes e importantes de ese continente se enamoraran de uno de nuestros mejores platos: la cachapa.

“Yo he preparado infinidad de veces cachapa en mi casa a mis amigos. Ese es mi acto de amor, cocinar sus comidas favoritas o mis mejores recetas a las personas que amo. Aunque la cachapa acá no sabe igual que la de Venezuela, he llegado a estar muy cerca de ese sabor, para recordar al menos a nuestro hogar, ya que todos somos venezolanos. En una apuesta de riesgo quise llevar ese sabor y ese recuerdo a MasterChef y gustó”. 

“Tú la sacaste del parque. Esto es una brillante y completa cena… Me encanta, es cool. Fue un platillo correcto para el desafío de hoy, lo lograste, bien hecho”, dijo Jock Zonfrillo, uno de los jueces más exigentes de MasterChef Australia.

Antonio dentro del set

“Fue un sueño. Me sentía como un niño entrando a una juguetería. Esto fue muchísimo más de lo que en algún momento hubiese aspirado para mí. Siempre fui muy tímido, y le di muchas largas a inscribirme en MasterChef, y una vez que lo hice entendí que no tenía nada que perder, sino mucho que ganar. Y justo eso fue lo que hice, ganar conocimiento y experiencia sobre mi verdadera pasión: la cocina”, aseguró Antonio.

Decimos su pasión, porque profesionalmente Antonio es un Ingeniero en Informática, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello, y, de hecho, este es su trabajo oficial en Australia. A diferencia de muchos venezolanos que migran y deben hacer muchas cosas o pasar por largos lapsos de espera para ejercer sus carreras universitarias, a él la vida lo premió con un trabajo como desarrollador a tan solo tres meses de haber llegado a Australia, hace ocho años. 

Aunque creció en un entorno relacionado con las comunicaciones, ya que sus padres son periodistas, nunca antes estuvo en la televisión, o por lo menos no a esos niveles.

“Entras al set y ves algo imponente, todo, absolutamente todo es real. Sus aromas, sus colores, los tiempos en la cocina, las alacenas, la evaluación de los jueces. Claro, en eso podíamos pasar 12 o 15 horas, que luego se resumen en 45 minutos. Pero nosotros, los participantes, lo vivimos a profundidad, en tiempo real, y haciendo de la mejor forma que podemos lo que más nos gusta: cocinar”, indicó. 

A la pregunta de a qué huele el set de MasterChef dijo:

“Huele a oportunidades, y la energía que hay ahí es incomparable, indescriptible. Aprendí mucho. Tenía una libretica y anotaba todos los consejos que le daban a mis compañeros también, así podía sumar muchos conocimientos sobre platos que no se me hubiesen ocurrido jamás”.

La cachapa llega a Australia

Antonio no solo exaltó uno de los mayores íconos de la gastronomía venezolana en MasterChef Australia, porque para él eso es una tarea diaria. 

“Aunque todo aquí sabe diferente, siempre estoy buscando las formas de preparar la comida lo más parecido a los sabores venezolanos. Considero que los cachitos es lo que mejor se me da, y con respecto a las cachapas he creado mi propia versión. Es una especie de panqueca de maíz, porque es lo que tenemos a la mano, pero, de igual forma, el sabor me conecta de forma inmediata con Venezuela, y con las que hacíamos en casa. Eso fue lo que quise transmitir”.

“Quería darles un bocado de Venezuela”, dijo el caraqueño al jurado. De hecho uno de los jueces, extasiado con el sabor, señaló: 

“Has visto esto a la venta en Australia. Amigo, los australianos van a amar esto, vas a ver esto en un montón de lugares, esto es algo impresionante. Es brillante”.

En la cara de Cruz solo había muestras y señales de orgullo, el mismo que siente toda Venezuela al saber que hay tantos venezolanos como él llevando muy en alto nuestro tricolor nacional, y nuestra cultura a sitios tan lejanos como Australia. 

“Venezuela es mi hogar, es familia, es felicidad y buenos recuerdos. Venezuela, para mí, sigue siendo todo. Cada vez que tengo la oportunidad voy a cargarme de esas buenas energías que no se consiguen en ninguna otra parte del mundo, y eso solo lo comprendes cuando dejas de estar allí. Aunque no me siento famoso, y mi idea no es serlo, sí me siento muy orgulloso de haber podido abrir esa ventana de los sabores de nuestra tierra al mundo, y que millones de australianos ahora sientan la curiosidad por saber a qué saben nuestras gloriosas cachapas”, expresó.

Luego de ese interés que ha surgido en Australia por la cachapa, Antonio ha explorado la oportunidad de ofrecer algunas a la venta en un mercadito que en Sydney se monta los fines de semana con comidas de diversos continentes.

 “Vamos a ver cómo nos va. Y si se da”, dijo entre risas.

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